En la segunda mitad del siglo XX, se consolidó la actividad físico-deportiva como algo imprescindible de la educación global.
Esta consolidación ha pasado por un largo proceso, por varias escuelas, que han sido fundamentales para que la educación física llegue a nuestros días.
Gaspar Melchor de Jovellanos, político, pensador, escritor y educador de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, escribió una serie de principios. Por ello, se puede decir que es el creador de la educación física y de la importancia que alcanza el desarrollo armónico de las condiciones físicas de los ciudadanos.
Según Jovellanos, una reforma de la enseñanza, mejora la sociedad.
Una de las primeras iniciativas es que es necesario que los niños dispongan al menos de un descanso semanal, por ejemplo, la tarde de los jueves. Tiene que ser el instituto el que disponga de un sitio abierto y acomodado.
Según Jovellanos, el juego de pelota sería una de las principales formas de diversión y formación, así como el juego de bolos. Todos los entrenamientos servían para crear unión y fraternidad.
Jovellanos establece una serie de principios, entre ellos:
- A los alumnos hay que proporcionarles locales, alimentos, vestidos, etc.
- No tiene que estar mucho tiempo en una misma ocupación.
- Se les darán alimentos cuatro veces al día y únicamente agua.
Jovellanos recomienda a los jóvenes la práctica de los juegos de pelota, trucos, etc., siempre que no sean arriesgados ni peligrosos. Además, asigna unas horas para el ejercicio físico.
- 8-9 horas de sueño.
- 2-3 de estudio.
- 3 horas y media de clase.
- 2 horas y media de habilidades.
- 2 horas y media de devociones.
- 2 horas y media para vestirse, comer y asearse.
- 1 hora y media entre paseo y juego.
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